El National Security Study Memorandum 200 fue elaborado durante la presidencia de Richard Nixon por el secretrario de Estado Henry Kissinger, pilar fundador de la Trilateral Commission liderada por David Rockefeller. El documento, fechado el 24 de abril de 1974, retoma en cierta forma las teorías del clérigo anglicano de comienzos del siglo XIX, Thomas Malthus, analizando la relación demográfica con el alimento y los recursos naturales y la estabilidad política de los Estados Unidos ante la creciente dependencia de su aparato productivo de recursos del resto del mundo.
Por Gabriel Martin
El estado del mundo y el estado de la Unión
El estado del mundo y el estado de la Unión
En 1974, los Estados Unidos atravesaban internamente un grave conflicto institucional desatado por el escándalo del Watergate, de espionaje al bunker electoral del Partido Demócrata, que terminaría con la renuncia del presidente Richard Nixon el 8 de agosto de ese año. El poder presidencial ya venía debilitado por los movimientos contestatarios de la segunda mitad de los ’60, el país vivía una recesión económica y la derrota militar de los Estados Unidos en Vietnam implicó tanto tensiones internas como externas.
El contexto internacional se vio alterado por la derrota en Vietnam, ya que la retirada de los efectivos militares estadounidenses fue al mismo tiempo un avance de la Unión Soviética en Indochina, y contra las políticas con que la Casa Blanca buscaba aproximarse a China. Al mismo tiempo, la guerra de Yom Kippur de 1973 entre Israel enfrentado a Egipto y Siria: la supuesta invencibilidad del ejército israelí había terminado, dependiendo Israel más que nunca del apoyo de EE.UU., y los países árabes se aproximaron a la URSS.
Este hecho está relacionado con el golpe de la OPEP[1] (Organización de Países Exportadores de Petróleo), cuando entre 1973 y 1974 aumenta el precio del crudo en un 400 por ciento, impactando principalmente en los países industrializados. En la primer mitad de los ’70, la participación de la URSS en el PBI Mundial era del 12 por ciento, había descendido un 0.5 por ciento, mientras que Estados Unidos participaba en 1970 con el 23 por ciento pero para 1975 retrocedió casi 2 puntos, siendo Japón el único que mantenía un crecimiento en su participación de la economía mundial, a un rito del 3 por ciento por década.
Al mismo tiempo, la expansión soviética sobre Africa sería otra alarma prendida en los pasillos de la Casa Blanca, la Secretaría de Estado y el Pentágono. En Angola y Mozambique se instauran gobierno revolucionarios que se definen pro-soviéticos y lo mismo acontecería tres años más tarde con el gobierno de Baharu Mengitsu en Etiopía, quien había iniciado una revolución en 1974.
En América Latina los movimientos nacionales atentaban contra los intereses de Washington. En Chile aconteció la inusitada llegada por la vía electoral de la izquierda al poder, con la asunción a la presidencia de Salvador Allende el 24 de octubre de 1970, quien dos años más tarde visitaría Cuba y la URSS, y en 1973 es derrocado y asesinado en el palacio presidencial. Las guerrillas urbanas actuaban en Argentina, Uruguay, Brasil y Perú, mientras que en el FSLN[2] (Frente Sandinista de Liberación Nacional) encabezaba el foco insurreccional en Centroamérica.
El avance por el control
El historiador y senador estadounidense, Henry Brooks Adams[3], señaló en agosto de 1901 que a fines del s. XIX, los costos elevados de producción de Estados Unidos impedían la exportación de sus manufacturas, que fue subsanado en aquel momento con una fuerte inversión en infraestructura. De todos modos, a medida que se industrializaban las potencias y se ensanchaba la brecha entre aquellos y los desindustrializados, el centro industrial requería un constante suministro de materias primas para sostener su nivel de producción.
Adams, previendo la competencia industrial con Europa, proclamaba la necesidad estadounidense de transformarse en una potencia militar que asegure su crecimiento inexorable, “situado como un coloso en el continente occidental, con sus puertos en ambos océanos, con China del otro lado y América del sur a sus pies, los Estados Unidos bloquean la expansión europea”, para remarcar que “se cree que América del Sur y China son las únicas regiones accesibles que contienen con seguridad el hierro, el carbón y el cobre que busca Europa”.
Durante las siguientes décadas, Estados Unidos incrementaría sus inversiones en América Latina y se transformaría en la potencia industrial más importante del planeta. Las observaciones de Adams sobre la necesidad de controlar los recursos naturales renovables y no renovables no quedaron en el olvido: la crisis del petróleo evidenció las necesidades estratégicas estadounidenses sobre estos recursos en un marco de un mundo en constante crecimiento demográfico.
Si bien Estados Unidos respecto al petróleo avanzó sobre este recurso en todas las latitudes, la respuesta general a esta problemática de la dependencia de recursos naturales la daría el secretario de Estado, Henry Kissinger, en abril de 1974.
NSSM 200: El informe Kissinger
Pocos meses antes de la renuncia de Richard Nixon a la presidencia, el 9 de agosto de 1974 tras el escándalo Watergate, la Secretaría de Estado comandada por Henry Kissinger entregó a la Casa Blanca el National Security Study Memo 200, un extenso análisis de la situación demográfica mundial y soluciones para la estabilidad de los intereses de Estados Unidos relacionados con los recursos naturales que alimentaban las industrias norteamericanas.
También se entregaron copias simultáneas a los organismos involucrados en los postulados del informe, como las secretarías de Defensa, de Agricultura, a la Agencia para le Desarrollo Internacional y la CIA.
Kissinger, identificó el crecimiento de la población en los países del tercer mundo (Lesser Developed Countries – LDCs) como "un asunto de máxima importancia" y alegó que tal situación ponía en peligro el acceso a minerales y a otras materias primas que los EE.UU. necesitaban y que, por lo tanto, constituía una amenaza para su seguridad económica y política.
La solución propuesta por Kissinger era un “extenso control de la población. Tal política aún sigue siendo aplicada por la “ayuda” internacional de Estados Unidos articulada principalmente por el Banco Mundial, hacia países que estén dispuestos a tomar medidas para control de natalidad. La apertura económica forzada desde el Consenso de Washington, profundizaría la avalancha del capital estadounidense sobre los recursos naturales no renovables.
El documento, titulado como “Implicancias del Crecimiento Poblacional Mundial para la Seguridad de Estados Unidos e Intereses de Ultramar”, evalúa proyecciones desde 1970 al año 2000 sobre:
- La velocidad de desarrollo, particularmente en países más pobres;
- La demanda de productos exportados por EEUU, especialmente de alimentación, y los problemas de comercio para EEUU que pueden surgir de competición de fuentes alternativas;
- La probabilidad de que el crecimiento o desequilibrio poblacional producirá políticas extranjeras perturbadoras e inestabilidad internacional.
Asimismo, Kissinger busca focalizar las consecuencias económicas y políticas internacionales del crecimiento poblacional para que el informe ofrezca planes de acción para los Estados Unidos “en su manejo de asuntos poblacionales en el extranjero”, particularmente en países en vías de desarrollo, y con énfasis especial en las siguientes preguntas:
- ¿Cuáles nuevas iniciativas por parte de los EEUU son requeridas para enfocar la atención internacional al problema poblacional?
- ¿Pueden nuevas innovaciones o desarrollos tecnológicos reducir el crecimiento o disminuir sus efectos?
- ¿Podrían los EEUU mejorar su asistencia en el área poblacional, y de ser así, de qué manera y a través de cuáles Agencias: bilaterales, multilaterales, o privadas?
The will of us
Para el momento en que Kissinger elaboró su plan de acción, la caída del Estado de Bienestar y el techo al que había llegado el expansionismo keynesiano había producido un excedente de capital, que en vez de ser reinvertido en la industria nacional, encontraba mejores tasas de ganancias colocándolos en el extranjero.
Esta política prestamista, que claramente se vislumbró en los siguientes años, demuestra claramente que fue una política de Estado y que el NSSM 200, estudió variables donde la asistencia financiera multilateral o bilateral sirva a los intereses estratégicos de los Estados Unidos, y “será dada a otros países, considerando factores como crecimiento poblacional, la necesidad de ayuda externa, intereses a largo plazo de los EEUU, y su voluntad de autoayudarse". Dejando de lado el glamouroso lenguaje que desliza sobre la “dignidad del individuo”, y que el papel de Estados Unidos es “trabajar estrechamente con otros (países) sin imponer nuestra posición”, la voluntad de “autoayuda” de los LDCs, fue y es la de acatar “the will of U.S.”.
Demografía
El eje del estudio sobre el crecimiento de la natalidad y la expectativa de vida en los países menos desarrollados, y las medidas a adoptar para reducir esa tendencia no es producto de un súbito humanismo de Henry Kissinger: en los países pobres, la creciente población acarrea un aumento en la conflictividad social y reacciones adversas para los negocios (asuntos de seguridad nacional) de Estados Unidos.
En el apartado sobre las “Tendencias Demográficas Mundiales”, el NSSM 200 da cuenta que “desde la Segunda Guerra Mundial la población mundial creció cuantitativamente y cualitativamente como en ninguna época previa”: los índices mostraban un alza del 2% anual, el doble que antes de la guerra, cuando entre 1750 y 1900 el ritmo era de apenas el 0.5% cada año. “El efecto será la duplicación de la población mundial entre los próximos 35 a 100 años”, indica el informe, agregando: la población estaba creciendo en 80 millones de personas al año, cuando a principios del s. XX era de 10 millones.
“Es urgente que las medidas para reducir la fertilidad mundial se inicien inmediatamente y sean efectivizadas en los ’70 y ‘80”, recomendaba el secretario de Estado. La ONU había proyectado en 1970 que la población mundial para el año 2000 podría ser entre 7 y 8 mil millones: a fines de junio de 2004, la población mundial es de 6.377.404.492.
Las distintas medidas y planes adoptados para el control poblacional resultaron de enorme éxito: en el 2000 la población mundial apenas superaba los 6.000 millones, y comparada con la población mundial de 1970, en vez de duplicarse había crecido el 60.76%, y la tasa de natalidad comenzó a descender del 2.07% a un actual 1.13%, decreciendo el número; y del crecimiento de 87.8 millones de 1989, comenzó a descender y se calcula que pese a la mayor población, en 2004 la población mundial crecerá en 72.5 millones y una tasa proyectada al 2030 descendiendo hasta el 0.6% anual[4].
Kissinger informaba a la presidencia que los países más problemáticos en cuanto a la creciente tasa de natalidad eran India, Bangladesh, Pakistán, Nigeria, México, Indonesia, Brasil, Filipinas, Tailandia, Egipto, Turquía, Etiopía, y Colombia. En al menos cinco de estos países, Estados Unidos asentó bases militares[5].
En mayo de 1997, Hillary Clinton felicitó al gobierno mexicano por su liderazgo en materia de control poblacional, y por reducir la tasa de crecimiento de la población e indicó que está orgullosa de la Agencia para el Desarrollo Internacional, de origen estadounidense, la cual apoya a las instituciones de salud pública mexicanas para promover la planificación[6].
El caso de México sirve como caso testigo de la inversión estadounidense en las últimas décadas sobre planificación familiar en los LDCs: de forma directa o indirecta (por organismos oficiales o fundaciones) Estados Unidos financió por lo menos 64 planes de anticoncepción en México en los últimos once años, y más de la mitad de ellos eran auspiciados directamente por las fundaciones Ford, Rockefeller, MacArthur y Hewlett. Estados Unidos exige por ley, como condición para las ayudas al desarrollo, que los países receptores de ayuda internacional, tomen medidas para reducir el crecimiento demográfico[7].
En el NSSM 200, Kissinger sugería a la presidencia el método que debería aplicarse de ahí al futuro sobre México:
“(…)financial assistance (if desired by the countries) would have to come from other donors and/or from private and international organizations, many of which receive contributions from AID(…)For example, in Mexico our strategy would focus on working primarily through private agencies and multilateral organizations to encourage more government attention to the need for control of population growth”.
En Perú también se han denunciado las campañas de esterilización en las que se emplean presiones, promesas de dinero o alimentos y engaños[8]. En la IV Conferencia Sobre la Mujer, realizada en Pekín en 1995, Hilaria Supa Huamán, de la Federación de la Mujer Campesina de Anta, tuvo una curiosa charlaron el entonces presidente peruano, el hoy prófugo Alberto Fujimori: “Me habló de un programa sanitario de planificación familiar”. Luego, en las localidades de Mollepata, Limatambo y Ancahuasi, las mujeres fueron convocadas a un control sanitario y vacunación: en la sala eran encerradas en grupos de 10 a 20 mujeres y eran inmediatamente anestesiadas.
Luego del escape de Fujimori a Japón, el Ministerio de Salud dio a conocer en julio de 2002, un informe de 137 páginas, denunciando que por medio de presiones, extorsión y amenazas y sin brindar información, entre 1995-2000 fueron esterilizadas 331.600 mujeres y a 25.590 se les realizaron vasectomías. Fujimori recibía reportes mensuales por los ministros de Salud Eduardo Motta, Mariano C. Bauer y Alejandro Aguinaga[9].
La “planificación forzada” se aplicó primordialmente entre las comunidades indígenas y zonas pobres. El propio Mariano Bauer justificó: “Un 90% de las mujeres en edad fértil están totalmente satisfechas con los métodos aplicados”[10].
El ex rector de la Universidad de Arequipa señaló que en las negociaciones por la deuda externa, “el FMI y el Banco Mundial exigieron privatizaciones, apertura al capital extranjero y un plan de control de crecimiento demográfico, especialmente sobre pobres considerados potencialmente peligrosos”[11], el cual fue financiada por la Agencia Estadounidense para el Desarrollo Internacional (USAID), del que curiosamente participaron las FF.AA. y la Policía Nacional bajo la tutela de la OMS.
La campaña publicitaria del plan presentado por Fujimori el 28 de julio de 1995, tiene curiosas coincidencias con lo comulgado por Henry Kissinger: los carteles de vía pública mostraba una familia “antigua” con cuatro hijos, junto a una “moderna” con uno o dos hijos. El NSSM 200 exhortaba: “Ttwo-child family should become the norm in the future, (and) two-child average could be reached by 1990-95”.
Kissinger no sólo trataría en el documento las prácticas anticonceptivas que debían ser impulsadas hacia la mujer, en búsqueda de reducir la tasa de natalidad. En un pasaje referido los métodos aplicables a los hombres, el secretario de Estado destacaba: "En la India se llevaron a cabo algunos experimentos controversiales pero extraordinariamente exitosos, en los cuales los incentivos económicos, junto con otros mecanismos de motivación, se utilizaron para lograr que un gran número de hombres aceptaran las vasectomías".
El NSSM 200, si bien no es un documento ampliamente difundido, o al menos tan conocidos como los Documentos Santa Fe I., II y IV, pero sigue impactando en la actualidad, e incluso llegó a ser tomado en cuenta en las elecciones primarias por el pre-candidato presidencial del Partido Demócrata, Lyndon LaRouche, en el Capítulo III de su propuesta de gobierno:
“El desarrollo racional del continente africano requiere desarraigar las medidas deliberadamente genocidas impuestas sobre el África, desde los Estados Unidos y otras partes, con tales políticas de control poblacional como el Memorando de Seguridad Nacional 200 (NSSM–200), del entonces asesor de seguridad nacional Henry A. Kissinger, adoptado en los 1970”[12].
También, Kissinger no deja de lado al aborto como una solución para el control poblacional en los países subdesarrollados:
“While the agencies participating in this study have no specific recommendations to propose on abortion the following issues are believed important and should be considered in the context of a global population strategy”.
La respuesta inmediata del secretario de Estado es contundente: “Ningún país ha reducido su población sin recurrir al aborto”, agregando:
“Indeed, abortion, legal and illegal, now has become the most widespread fertility control method in use in the world today”.
Los conflictos políticos
El documento analiza extensamente los problemas que acarrea la sobrepoblación mundial, particularmente en las zonas de bajos recursos de autosustentación, pero se focaliza en aquellas regiones donde los intereses económicos y de national security de los Estados Unidos puedan verse afectados.
En el inciso Political Effects of Population Factors, comienza versando:
“The political consequences of current population factors in the LDCs -- rapid growth, internal migration, high percentages of young people, slow improvement in living standards, urban concentrations, and pressures for foreign migration -- are damaging to the internal stability and international relations of countries in whose advancement the U.S. is interested, thus creating political or even national security problems for the U.S. In a broader sense, there is a major risk of severe damage to world economic, political, and ecological systems”.
El contexto histórico que enmarca al documento da luz sobre los móviles que pudieron llevar a realizar tal estudio sobre la situación mundial, especialmente en el mundo subdesarrollado. A principios de los ’70 la República del Congo había nacionalizado sus recursos naturales; Venezuela efectivizó en 1975 la nacionalización del petróleo luego de más de una década de intentos; el general Ovando expropió en Bolivia el gas en manos de las estadounidenses Gulf Oil y Standard Oil; y México nacionalizó el petróleo en 1970.
El gobierno de Allende consideraba que el primer paso para la independencia económica con el exterior debía ser la nacionalización del cobre, ya que éste sería el "sueldo de Chile". El proceso se realizó mediante reforma constitucional aprobada unánimemente por el congreso nacional con la ley del 16 de julio de 1971, que fijaba la expropiación de los derechos de las empresas Anaconda Company y Kennecott Koper Corporation, así como las minas de Chuquicamata, El Salvador y El Teniente.
Es conocida la participación de Kissinger y Nixon en el derrocamiento del presidente chileno el 11 de septiembre de 1973, celebrado por la prensa liberal en el mundo: “El Presidente Allende no se convirtió en mártir, aun cuando fuera cierto que se suicidó el martes. El bombardeo y asalto de su palacio presidencial y la toma del poder por los Comandantes en Jefe de las Fuerzas Armadas de Chile pusieron un fin amargo al primer gobierno marxista libremente elegido en Occidente”[13].
Latinoamérica vivía en esos años una gran convulsión de procesos revolucionarios de carácter nacionalista o marxista, y la Casa Blanca actuaría al respecto. En el memo del Consejo de Seguridad, Kissinger señala que la preeminencia de la población joven en países pobres y/o sobrepoblados podía generar “movimientos separatistas y acciones revolucionarias”, concluyendo que:
“(…)If these conditions result in expropriation of foreign interests, such action, from an economic viewpoint, is not in the best interests of either the investing country (…)”
Esto llevó a Kissinger a advertir que “en las relaciones internacionales, los factores componentes de la población son cruciales y, a menudo, determinante de conflictos violentos en las regiones en vías de desarrollo”. Además, el secretario de Estado, señalaba que había que tomar precauciones políticas y diplomáticas para evitar las apariencias de un accionar coercitivo, porque:
“There is also the danger that some LDC (Lesser Developed Countries) leaders will see developed country pressures as a form of economic or racial imperialism”.
Recursos Naturales
“Would food be considered an instrument of national power?”, se pregunta Kissinger, a lo que no responde directamente, aunque sugiere que todo tipo de ayuda debe ajustarse a aquellos países que acepten las condiciones de reducir la tasa de natalidad y busquen la estabilidad política
Según consta en memo escrito por Kissinger "la despoblación debería ser la más alta prioridad en la política de EE.UU. hacía el Tercer Mundo"; se trataría de un "asunto trascendental para la seguridad nacional de este país", ya que la economía de los países industrializados "requerirá grandes y crecientes cantidades de minerales del exterior, especialmente de los países menos desarrollados", especialmente:
“(…) the U.S., with 6% of the world's population, consumes about a third of its resources (…)”.
A lo largo del análisis, si bien el eje planteado por Kissinger es el control poblacional en un mundo proyectado a treinta años, que de sobrepasar los 13.000 millones de habitantes “sería inestable y se desatarían hambrunas endémicas y luchas (guerras) por alimentos”, analiza los elementos cruciales para evitar que las condiciones demográficas y políticas impida a los Estados Unidos el acceso a recursos naturales no renovables:
“The United States has become increasingly dependent on mineral imports from developing countries in recent decades, and this trend is likely to continue. The location of known reserves of higher-grade ores of most minerals favors increasing dependence of all industrialized regions on imports from lesser developed countries. The real problems of mineral supplies lie, not in basic physical sufficiency, but in the politico-economic issues of access”.
Los países menos desarrollados con abundantes recursos naturales deviene en bajos costos y el peligro se encuentra en la posibilidad de consumo masivo, o explotación intensiva, por parte de una extensa población. De allí que la estabilidad política regional, especialmente en los países sobre los cuales Estados Unidos tiene intereses, es crucial para la inversión (concesión o privatización) de esos recursos tengan un contexto controlado, mejor si este es un cuadro de una mínima presión demográfica:
“Although population pressure is obviously not the only factor involved, these types of frustrations are much less likely under conditions of slow or zero population growth”.
Como los casos señalados anteriormente sobre la implementación de planes de control de natalidad, es tangible en el Informe Kissinger, la relación con los países proveedores de recursos no renovables, que adoptó Estados Unidos, ya sea con golpes de Estado en Chile, motivado por cuestiones económicas, o la importancia del NAFTA.
Uno de los cuadros del NSSM 200 señala que Estados Unidos importaba anualmente, para el año 1972, de países conflictivos y/o sobrepoblados:
- Cobre: 27% de Perú y 22% de Chile.
- Hierro: 31% de Venezuela.
- Plomo: 21% de Perú.
- Petróleo (crudo): 17% de Venezuela.
- Zinc: 24% de México.
- Titanio: 73% de Japón.
- Estaño: 64% de Malasia y 27% de Tailandia.
En el casó de Japón, es testigo que un gobierno “amigable” permite una explotación más intensiva, pese a la sobrepoblación del país asiático. Asimismo, puede verse una tendencia de mayor extracción, en el mismo cuadro, en países donde las condiciones políticas y económicas son más estables, y subpoblados:
- Canadá proveía en 1972: 76% de aluminio, 31% de cobre, 50% de hierro, 29% de plomo, 82% de níquel, 60% de zinc y 48% de derivados y el 42% de petróleo crudo.
- Australia: 21% de plomo y 10% de zinc.
- Noruega: 8% de níquel.
Kissinger señaló como de vital importancia que el gobierno de los Estados Unidos, en pos de lo planeado en el estudio, que:
“It is vital that the effort to develop and strengthen a commitment on the part of the LDCs leaders not be seen by them as an industrialized country policy to keep their strength down or to reserve resources for use by the "rich" countries. Development of such a perception could create a serious backlash adverse to the cause of population stability. Thus the U.S. and other "rich" countries should take care that policies they advocate for the LDC's would be acceptable within their own countries”.
Además, el secretario de Estado indicaba que el gobierno de Estados Unidos, para “minimizar los cargos de motivaciones imperialistas”, debe repetir constantemente dichas inversiones son para:
“…the fundamental social and economic development of poor countries in which rapid population growth is both a contributing cause and a consequence of widespread poverty”.
A partir de la promulgación de la Ley de Inversión Minera 24.196, y de Reordenamiento Minero 24.226, en mayo de 1993, Argentina es un caso testigo de la toma de recursos no renovables por las corporaciones estadounidenses: Barrick Gold explota el mayor yacimiento de oro y plata del mundo en la mina de Valadero, San Juan; la tercer mina de oro más grande del continente, Bajo de la Alumbrera LTD, en Catamarca (el paquete accionario está integrado por capitales estadounidenses); Bethlehem Steel (hoy fusionada con USX-US Steel con el nombre de Internacional Steel Grop), productora de armamento y proveedora de la US Navy, está por hacerse con la concesión de la reserva de hierro más grande de Latinoamérica, el complejo minero de Sierra Grande, con reservas sin explotar de fósforo y cobalto[14]. En Argentina la minería está exenta de casi todos los impuestos gracias al decreto 417/03, por se empresas “promotoras de empleo”, o a decir de Kissinger hace tres décadas, contributing of widespread poverty”.
30 años más tarde
A lo largo del extenso reporte, Kissinger recorre la situación mundial, especialmente en los focos de interés para la “seguridad nacional”, el llamamiento a la participación de organismos multilaterales (Banco Mundial, Unicef, etc.) como “aportes privados”, para el control de la situación demográfica como factor clave para la preservación de la estabilidad, tanto política como económica, especialmente sobres las necesidades de los países desarrollados y particularmente los Estados Unidos. Queda a libre interpretación si el control de natalidad que impulsa el memorando, y visto los ejemplos citados de México y Perú, si la idea de Kissinger es eliminar la pobreza o eliminar los pobres.
El NSSM 200 no es un documento único en su tipo, pero sí premonitorio en cuanto a los resultados obtenidos, como se ha detallado desde sus postulados, o “consejos”, como ser el haber logrado una población por debajo a la calculada por las Naciones Unidas, y visto el contexto en qué fue redactado, Estados Unidos ha logrado imponer las condiciones políticas (gobiernos dóciles) y económicas (apertura forzada, endeudamiento) para no depender de las decisiones coyunturales que pueda tomar un gobierno en cuanto a los recursos naturales no renovables de los que Estados Unidos había “incrementado su dependencia de los países subdesarrollados”.
El documento fue deslasificado el 7 de julio de 1989, nueve años más tarde de su apertura estipulada, sale a la luz mostrando que no había perdido vigencia ni alterado el rumbo de funcionarios clave, en el inicio del plan, en medio de la crisis política que implicó la renuncia de Richard Nixon: Kissinger y George Bush (padre) siguieron con Gerald Ford al frente de la secretaría de Estado y la CIA, respectivamente, así como el resto de los involucrados.
Y pese a las administraciones que lo sucedieron, en poco o nada varió la estrategia. En 1974, el Informe Kissinger decía: "Ya sea a través de la acción gubernamental, de los conflictos laborales, del sabotaje o de los disturbios civiles, el flujo continuo de materiales necesarios se verá en peligro”. La resolución de Estados Unidos de seguir ostentando su fuerza cuando su hegemonía, es clara hoy en día, no sólo ante la invasión a Afganistán e Irak por el control de los recursos petroleros, sino la vital importancia que Washington le da al conflicto venezolano, o la súbita “tranquilidad” impuesta en Bolivia tras la crisis del gas que derivó en la renuncia de Sánchez de Lozada.
La situación del cambio correlación de fuerzas habla por sí solas, cuando Kissinger relata en el memo, el desarrollo de la Conferencia Mundial sobre la Población, realizada en agosto de 1974 (agregado al documento posterior a su presentación), en Bucarest, Rumania: “Habíamos enfatizado en la incorporación del factor del control poblacional para los países en vías de desarrollo para la reducción de la tasa de natalidad (…) Hubo una consternación general y luego el Plan fue vapuleado, liderados por Argelia, con el respaldo de otros países africanos, y Argentina, apoyado por Uruguay, Brasil, Perú e inmediatamente otros países latinoamericanos”.
@gmartinarg
@gmartinarg
Publicado Junio 2006
[1] La OPEP está constituida por 12 países: Argelia, Gabón, Indonesia, Irán, Irak, Kuwait, Libia, Nigeria, Qatar, Arabia Saudí, los Emiratos Árabes Unidos y Venezuela (Ecuador se incorporó en 1973, pero abandonó la organización en 1992). La sede de la OPEP se encuentra en Viena, Austria.
[3] Adam, Brooks, La guerra, fase extremad de la competencia económica, en The Annals, V. 12, s/f , p. 424-427.
[5] Pakistán, México, Filipinas, Turquía, y Colombia. Fuente: Studie Center Terra – Suecia.
[6] “Felicita Hillary por control natal", El Imparcial, Hermosillo-México, 7/5/97, y “Reconoce Hillary políticas de natalidad”, Reforma , México, D.F., 7/5/97.
[7]“Embarazo adolescente: El dramático incremento”, El Norte, Monterrey, México, 15/3/98.
[8] “Perú, 250,000 mujeres esterilizadas con engaños", El País, Madrid, 20/12/98.
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